Hace unos días tuvimos la oportunidad de visitar el Centro de Rehabilitación e Inclusión Infantil Teletón (CRIT), una experiencia que no solo nos permitió conocer de cerca las instalaciones y los servicios que allí se ofrecen, sino también adentrarnos en las historias de esperanza y superación de cientos de niños y familias que, día tras día, luchan por una mejor calidad de vida.
Al llegar, lo primero que nos llamó la atención fue la calidez del ambiente. Desde la entrada, el personal nos recibió con una sonrisa que refleja el espíritu que define a todo el CRIT, un espacio donde ,desde el inicio, se nos recalcó que se enfocan en apoyar cuatro partes fundamentales de las personas: la parte física, psicológica, social y espiritual .Este centro, está diseñado para ofrecer atención integral a niños con discapacidad, fomentando su rehabilitación física y su inclusión social.
Durante la visita, pudimos recorrer los diferentes salones y áreas que tienen dedicadas a diferentes tipos de terapia. Cada una de ellas está equipada con tecnología de primer nivel, y más importante aún, con personal que acompaña a cada uno de los pacientes en cada paso de su proceso de rehabilitación.
Uno de los espacios más impresionantes es la alberca terapéutica, donde se realizan sesiones de hidroterapia. Esta técnica es especialmente útil para niños que tienen problemas motrices, ya que el agua facilita el movimiento en sus articulaciones. Aquí, los terapeutas trabajan con paciencia y dedicación, guiando a los niños a través de ejercicios que, aunque pueden parecer sencillos para nosotros, son fundamentales para mejorar su movilidad y fortalecer sus músculos.
Lo que más nos conmovió de la visita, no solo fue saber que las instalaciones están inspiradas en la figura de un ángel o conocer sobre todos los métodos terapéuticos que ahí se trabajan, sino todas las historias de los miles de niños y sus familias quienes asisten diariamente al CRIT, cada uno con su propio desafío, pero también con una red de apoyo que los impulsa a seguir adelante. Cada sonrisa, cada pequeño avance que los niños tienen, es un recordatorio de que la discapacidad no define a las personas, y que con el apoyo adecuado, es posible mejorar su calidad de vida.
El CRIT Puebla es un ejemplo del impacto que puede tener la solidaridad en la vida de las personas. El sistema de estos centros ha sido duramente criticado en varias ocasiones, pero no se puede negar que los CRIT han transformado la vida de miles de familias en México. La atención gratuita que se brinda a los pacientes es posible gracias a las donaciones y al esfuerzo en conjunto de quienes verdaderamente creen en la inclusión y en el derecho a la rehabilitación para todos.
No solo se trata de ofrecer terapia física, sino de proporcionarles a los niños un acompañamiento integral que involucra a su familia y al entorno social y emocional en el que se encuentran. Además, nos recuerda que el valor de la empatía y la solidaridad, son pilares que permiten que centros como estos sigan funcionando y marcando la diferencia en la vida de tantas personas.
A pesar de los grandes avances que ya se han realizado, debemos tener claro que aún nos queda mucho por hacer en términos de inclusión para las personas con discapacidad en México. El trabajo de instituciones como el CRIT es importante pero necesita del apoyo continuo de la sociedad.
Visitar este centro no solo es un recordatorio del poder de la empatía y la
solidaridad, sino también un llamado a todos para involucrarse, ya sea mediante donaciones, voluntariado o simplemente creando conciencia sobre la importancia de apoyar a las personas con discapacidad. Porque, al final, la inclusión y el bienestar son responsabilidad de todos.
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